QUE TODOS VIAJAN
¡QUE SÉ YO!
Al ritmo de la costumbre suele viajar la
armonía, que no es otra cosa que la vida, pero en pisadas de prisa.
Así buscó
el mártir un día dejar de correr, y en sus manos labró el sol y aún así el
cultivo floreció, porque no dejó de llover.
Como cuando la gaviota busca el vuelo, así la
mente busca el control.
Los sueños que todos llaman “sueños”, a veces se borran
o se quedan en un rincón.
En un cajón, bajo llave o simplemente se van, ¡Que sé
yo!
Hay ritmos variables como la permuta en la
vivencia, extremos o tranquilos viajes, pero siempre hay quien vuela.
Y vuelan a ritmo las aves, vuela a ritmo nuestro
“yo”.
Se pierde en centros lejanos o en calles, muchas veces la paciencia.
Y en
lagos, la desesperación.
Hoy veo que viajan todos, y todos con su
acelerada o pausada razón.
Pues yo soy como ellos y lo sé, porque viajo, sólo
que mi pensamiento se distrae en cada estación.
¿Les pasará a otros o sólo seré
yo?
Es posible que nunca lo sepa, porque para sentirles como sienten, hasta
allá, no llegó en mi interior.
Que aventura sería el poder viajar, con el viaje
de aquel que viaja en su visión.
Así como a veces, suelo hacerlo yo…